El virus de la hepatitis C (VHC) es un virus hepatotropo que produce un daño en el tejido hepático en forma de inflamación y fibrosis. Con el paso de los años, esta fibrosis deriva en cirrosis hepática e hipertensión portal. La cirrosis y sus complicaciones (hepatocarcinoma, descompensaciones hidrópicas, enfecefalopatia…) presentan un alto impacto en la salud en el individuo, aumentado su morbi-mortalidad y por otro, desde el punto de vista comunitario aumentan la necesidad de utilización de recursos sanitarios aumentado de forma considerable gasto sanitario.
Cuando una persona se infecta por el VHC genera anticuerpos frente al virus y estos anticuerpos son los que detectamos en las pruebas serológicas (ELISA) de cribado o diagnóstico. Por lo tanto aquellas personas que han tenido contacto con el virus tendrán una prueba serológica positiva el resto de su vida. En un porcentaje bajo de pacientes (15% aproximadamente) esta infección aclara de forma espontánea. El resto de pacientes permanecerán infectados el resto de sus vidas. La mayoría de las infecciones producidas por el VHC se cronifican. Para confirmar la infección activa del virus es necesario determinar la presencia de acido ribonucleico (ARN) en la sangre. Esto se realiza mediante pruebas complejas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en un laboratorio.
La OMS ha publicado recientemente una estrategia para la eliminación global de la hepatitis C[3]. Los objetivos de esta estrategia son reducir la incidencia o los nuevos casos de hepatitis en un 90% y reducir la mortalidad por causas hepáticas en un 65%. Esta estrategia se basa en la implementación de 5 intervenciones de alto impacto para conseguir estos objetivos. La OMS proporciona un esquema de acciones a los diferentes países para que a través de planes nacionales o estrategias regionales estos objetivos se cumplan y puedan adaptarse a las diferentes zonas geográficas[3]. España ha cumplido con creces el objetivo de accesibilidad del tratamiento antiviral para la hepatitis C, en gran medida favorecido por la universalidad y el libre acceso de nuestro sistema sanitario. Hasta la fecha han recibido tratamiento mas de 120000 personas infectadas por el VHC. Es incuestionable, que el éxito del tratamiento del VHC en nuestro país ha sido gracias a la apuesta del Gobierno para costear los fármacos y al Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en España (PEAHC) con sus recomendaciones[4]. Este hecho ha representado uno de los mayores éxitos de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) en términos de accesibilidad a tratamientos innovadores, de resultados en salud de su aplicación y de inversión en salud.
Recientemente el Ministerio ha presentado los resultados preliminares de hepatitis C de la Encuesta Nacional de Seroprevalencia[6]. El estudio se ha realizado en 220 centros de salud de todas las comunidades autónomas. Los resultados preliminares estiman que el 0,80% de la población analizada presenta anticuerpos positivos frente al virus de la hepatitis C y el 0,17% presenta viremia positiva, es decir, infección activa. Estas cifras son más bajas que las que se estimaban. Sin embargo, las poblaciones consideradas como focos primarios no están representadas en la encuesta y evidencia de que existen otros ámbitos donde aún existe un amplio margen de mejora. En este sentido, se estima que para que España pueda cumplir los objetivos propuestos por la OMS, tiene que continuar tratando al mismo ritmo que se ha hecho en el 2018, durante una década más[5]. Para que esto sea posible tiene que aumentar el número de pacientes diagnosticados y esto sólo se consigue implementando estrategias de cribado a nivel poblacional y potenciando el cribado en ciertas poblaciones con alta prevalencia de hepatitis C. En este sentido no se han destinado recursos suficientes a otros ámbitos necesarios para poder llegar a los objetivos de la OMS. Estos ámbitos incluyen: estudios epidemiológicos sobre prevalencia e incidencia en focos primarios, acceso y cribado en poblaciones de riesgo, acceso al sistema sanitario, necesidad de cambio de los circuitos sanitarios, potenciación de las unidades de reducción de daño incluyendo salas de consumo higiénico, caracterización de las poblaciones de riesgo, monitorización e intervenciones de salud pública para la prevención.
Antonio Rodriguez del Pozo del Servicio DAS, contacta y acompaña a los pacientes mas vulnerables a las consultas del Hospital.